Hace poco estaba leyendo un libro sobre estilo de vestir y estilo de vida y uno de los capítulos del libro se llamaba la historia de mi cuerpo, y me quedé enganchada con lo que contaba la chica sobre cómo se relacionaba con su cuerpo. Ella, que también se había mudado muchas veces, contaba cómo sus problemas habían comenzado cuando se había ido a vivir a NY y como no podía ser como las neoyorquinas, todas “perfectas de pie a cabeza y sin comer un solo carbohidrato”.
Me quedé reflexionando sobre la situación, exactamente después de haber almorzado una hamburguesa, que me comí, totalmente, como consuelo emocional. Nunca he vívido en Nueva York, pero mientras ella describía a sus amigas, las neoyorquinas, yo pensaba que tampoco podía ser como ellas, me acababa de comer una hamburguesa solo porque estaba triste, incluso pasando por encima de una “muy rica ensalada de quinoa ” que me había preparado la noche anterior para traer de lunch a mi oficina y pensé “no lo estoy logrando”.
Y dije: pero ella no se tiene que comparar con las neoyorquinas y acto seguido solté una carcajada de risa, porque hasta yo me estaba comparando con las neoyorquinas que ni conocía. Y ese es el gran problema que tenemos, nos comparamos sin parar y sin darnos cuenta, hasta con la gente que no conocemos y no estamos viendo.
A mi también me pasa, porque creo que ninguna lo tiene 100% resuelto. La relación que las mujeres tenemos con nuestro cuerpo es una relación que está en constante construcción, una relación que tiene altos y bajos y una relación que va cambiando a lo largo de nuestras vidas.
¿Qué he aprendido de mi relación con el cuerpo?
Lo ideal es aceptar de forma radical nuestro cuerpo y eso no siempre nos va gustar.
Que tenemos que tratarnos bien, no importa la circunstancia y cuando no nos gusta lo que vemos en el espejo debemos tratarnos con Autocompasión.
Dejar de compararnos es difícil, pero debemos intentarlo y para intentar no solo hace falta querer, sino que debemos hacer acciones concretas como: dejar de seguir gente que nos produzca estos sentimientos. Al final no es culpa de los otros, somos nosotras que nos enganchamos con algo ahí.
Desarrollar una autoimagen positiva, influye en la autoestima y tenemos que entender que estos son dos conceptos diferentes.
Que el cuerpo cambia, con los años, con la vida o incluso con los días del mes y que eso no debería definir tu relación con el espejo.
Si quiere comenzar un lindo camino de reconciliación con el espejo y aprender sobre todos estos conceptos y cómo se aplican en tu vida y en tu día a día, nuestro curso Total Glam es ideal para ti, porque no solo vas a tener asesoría personalizada en estilo, cuerpo y colores ideales; sino que te llevarás herramientas muy útiles para que tu relación con tu cuerpo sea más fluida y menos castigadora.