Muchas veces cuando no nos sentimos bien con algo de nuestra vida, estamos tristes o nos pase algo que nos afecta queremos cambiar de imagen. No está mal querer cambiar, pero mi consejo es que no hagas nada radical. Aunque esa transformación puede salir muy bien y hacernos sentir maravillosas; también puede salir muy mal y hacernos sentir peor de lo que ya estamos. Aquí les cuento una anécdota muy personal sobre este tema. Cuéntenme ustedes...