La elegancia es saber estar. Es vestir correctamente para cada ocasión. Muchas veces se trata de un elemento innato en algunas mujeres que “nacieron para ser elegantes”.
Si sientes que no lo eres, no te preocupes. Hay tres cosas que podemos considerar si queremos ser elegantes: simplicidad, pulcritud y buen gusto.
Estos consejos te pueden ayudar a comenzar a trabajar en el tema. Lo más importante: sé constante.
La máxima de la elegancia es: “menos es más”
Lo que se traduce en no ir recargada. No es elegante llevar muchas cosas al mismo tiempo. Cuando tengas dudas párate frente al espejo y quítate algún elemento.
Ser elegante no tiene nada que ver con estar a la moda, ni seguir las tendencias
Ser elegante muchas veces va en contra de lo que “se lleva”.
Dile no a los brillos, colores estridentes y estampados grandes
La elegancia es simplicidad y los brillos déjalos para la noche. Los estampados grandes y llamativos no van en concordancia con este estilo y los colores muy llamativas deben ser combinados de forma cuidadosa cuando se quiere ir vestida de manera elegante. Sino eres experta en el tema es mucho mejor decir NO.
No debes estar ni muy vestida, ni poco vestida.
Atender el código de vestimenta es muy importante para desarrollar este aspecto. Debemos entender qué significa vestir casual, coctel o formal. Es muy importante entender de qué se trata cada ocasión y responder de manera adecuada a ellas.
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