Lucir y sentirnos bien a toda edad es menos complicado de lo que puede parecer. Y es aún más fácil cuando usamos nuestros accesorios siguiendo unos cuantos principios y aplicando algunos trucos favorecedores.
A los 20 años disfrutemos la libertad de llevar colores y usar piezas grandes que expresan nuestro ánimo y personalidad. Es la edad ideal para usar los accesorios más atrevidos en los materiales más diversos. Solo debemos preocuparnos por usar lo que más nos favorezca: collares que alarguen un cuello corto, zarcillos en diseños que den balance a la forma de nuestro rostro y resalten nuestros puntos más favorecedores.
Una vez pasada la primera juventud, digamos en nuestros 30s y 40s, solemos aspirar a un look moderno y a la vez sofisticado. Metales preciosos y gemas en color y tamaño discreto pasan a formar parte de nuestro look cotidiano. Desarrollamos la habilidad de combinarlos con exquisita gracia con piezas más económicas y vistosas. Algunas prendas que amamos en nuestros veinte ya no encajan con nosotras; lucen baratas, pasadas de moda o un tanto infantiles. Es momento de despedirse de ellas y dejar espacio a las piezas que aún reflejan tu estilo, te favorecen y complementan tu vestuario.
Entre los 40 y los 50 sabemos lo que nos gusta y lo que nos queda bien. Queremos seguir luciendo jóvenes pero también solemos querer aportar exclusividad a nuestro look, por ejemplo, nuestra cadena de siempre con un dije moderno con diamantes. De los coloridos zarcillos grandes cubiertos de cristales y perlas, típicos de los 80s, conservamos uno o dos pares estilizados y de tono neutro o metálicos, y los usamos en ocasiones especiales.
Cuando gravitamos entre los 50 y los 60, Llevamos a diario nuestras piezas favoritas, que suelen ser de diseño clásico, de la mayor calidad y van con todo. Es una buena idea adquirir accesorios que nos aporten frescura. Veo a muchas mujeres de esta edad ser más atrevidas que muchas jóvenes, lo cual me parece encantador. Divertirse con los accesorios, siempre teniendo en cuenta lo que nos favorece, nos hace lucir interesantes y atractivas. Es tiempo de empezar a usar bufandas, collares y pulseras vistosas, como armas secretas.
Hacia la segunda juventud, a partir de los 60, usamos piezas cómodas y ligeras que nos dan alegría. Prefiere llevar los toques de color y diversión del cuello para abajo, como por ejemplo en pulseras y uno que otro anillo llamativo.
Independientemente de la edad que tengamos o reflejemos y de nuestro estilo personal, lo más importante es lograr un look armonioso en el que los volúmenes y tonos de cada pieza “conversen” entre sí y guarden proporción con tu cuerpo y tu ropa. En caso de duda siempre prefiere piezas pequeñas en lugar de las más grandes.
A continuación, algunos tips concretos por cada tipo de accesorio:
Los zarcillos enormes y coloridos que nos encanta usar a los 20, se van haciendo más delicados y discretos a medida que ganamos edad.
Los collares, por su parte, pasan de ser delicadas cadenitas con pequeños dijes, a piezas de más volumen, para lograr un look más maduro y sofisticado, así como distraer la atención de las huellas del tiempo, las cuales son más visibles justo en el cuello. Prefiere un collar de perlas pequeñas en tus 20 y cambia a perlas más grandes o a un collar de 3, 5 y 7 vueltas.
Las pulseras permiten a las de personalidad más colorida seguir expresándose sin importar la edad. A mayor edad, aportan la ventaja adicional de distraer de las huellas del tiempo que de otro modo suelen ser visibles en las manos. Una vistosa pulsera de calidad y líneas clásicas puede ser una excelente inversión para una veinteañera, pues la podrá usar a lo largo de su vida, para ganar elegancia y más adelante frescura.
Los anillos, al igual que las pulseras y los collares vistosos, son un arma excelente para robar atención de las arrugitas. La durabilidad de los materiales suele influir en la elegancia que transmiten. Así que con el paso de los años y mayor poder de compra, es buena idea cambiar a materiales más nobles y piedras preciosas más grandes. Conserva los anillos vistosos de fantasía más finos y de mayor valor sentimental.
Y sea cual sea tu actitud ante las reglas de estilo, asegúrate de sentirte cómoda y segura de tí misma con lo que llevas, no hay mejor accesorio que la confianza!
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