Por Mariangel Vindas
La palabra “empoderar”, según la Real Academia Española (RAE), significa: “hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido.”
Este es el objetivo que quisiera lograr a través de este blog que Dani me dio la oportunidad de escribir: que poco a poco logres sentirte fuerte y poderosa, que todos los días despiertes con nuevos objetivos por alcanzar y que te sientas completamente capaz de lograrlos; y que así logremos sentirnos todas las mujeres.
Pienso que al decir “quiero ser una mujer empoderada” aplica el dicho “easier said than done” (más fácil decirlo que hacerlo). Para poder alcanzar esto, no basta con querer lograrlo, con tener todas intenciones de mundo; te comparto otro dicho: “de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”, ¿lo has escuchado?
Debemos pasar del deseo a la acción y trabajar para conseguirlo. Como cuando en una investigación definimos el objetivo general, que en este caso sería “ser una mujer empoderada”; y luego, nos toca presentar los objetivos específicos, que son los pasos que debemos seguir para alcanzar el objetivo general.
¡Pues uno de esos objetivos específicos, uno de esos pasos para “ser una mujer empoderada” es conocerte muy bien a ti misma y proyectar lo que eres con tu imagen!
¿Alguna vez has pensado o te habrán dicho que la imagen es algo superficial? Nada más alejado de la realidad. La imagen genuina es una herramienta valiosísima para hacerte sentir o reflejarte poderosa, fuerte, con autoridad, capaz de influenciar a otros y es un medio para lograr tus objetivos. Al menos, la imagen que desde Project Glam se promueve.
Habrá quienes solo piensan en verse bien, de la piel para afuera; pero mientras la imagen no sea un reflejo real de lo que somos y de nuestra personalidad, de lo que hay de la piel para adentro, eso no será una imagen, será un disfraz.
Se han hecho investigaciones que comprueban que podemos trabajar cómo nos sentimos de adentro para afuera y de afuera para dentro. ¿Esto qué quiere decir? Bueno, si nos sentimos felices (adentro), en nuestro rostro se verá una sonrisa (afuera), por ejemplo; pero, si sonreímos por un rato (afuera), lograremos sentirnos felices (adentro). Y, como ya te habrás dado cuenta de que me encantan los dichos, porque son ciertos, te comparto otro que hace referencia a esto: “Fake it till you make it” (fingí hasta que lo logres).
mientras la imagen no sea un reflejo real de lo que somos y de nuestra personalidad, de lo que hay de la piel para adentro, eso no será una imagen, será un disfraz.
La imagen puede servirte para trabajar en esa dirección: de afuera para adentro al inicio, si no te sientes, aún, lo suficientemente fuerte o con poder. Puedes empezar por asesorarte sobre tu tipo de cuerpo; cuáles prendas son las más adecuadas para ti; cuáles colores te ayudan a reflejar autoridad, liderazgo, lo que sea que quieras transmitir dependiendo del contexto; cuáles accesorios funcionan en cada ocasión; cómo será mejor maquillarte dependiendo del evento.
Luego, conforme vas aprendiendo de imagen, el proceso te obliga a conocerte mejor: tus preferencias, tu personalidad, tu estilo lo de vida, tu morfología y la forma tu rostro; incluso tu presupuesto. Una vez que hayas logrado este trabajo de autoconocimiento, tu imagen será un reflejo de quién eres, será en dirección de adentro: quién soy, hacia afuera: y mi imagen lo proyecta.
Lo más importante en este camino de conocerte a ti misma y que tu imagen transmita lo que eres, es descubrir si tienes un estilo de vida claro, si tienes metas concretas, si sabes cuáles son tus preferencias y aspiraciones, si valoras tu cuerpo, si amas y aceptas lo que eres.
En caso de descubrir que aún no lo tienes claro, ¡tranquila! El proceso te permitirá irlo definiendo. Y lo más satisfactorio al concluir esta travesía es que tu imagen, finalmente, será un reflejo genuino de lo que llevas en tu interior. Y luego vendrán más travesías, porque los años pasan, cambias, y tu imagen debería ir cambiando contigo.
Si tu objetivo general es el maravilloso proyecto de “ser una mujer empoderada”, es momento de definir tus objetivos específicos, donde no puede faltar, como uno de ellos, sin duda: “darle a tu imagen la atención que merece”, te sorprenderá lo mucho que este camino te ayudará a llegar la meta de sentirte fuerte y capaz de lo que te propongas.
Lo más importante en este camino de conocerte a ti misma y que tu imagen transmita lo que eres.
No te permitas creer que la imagen es una superficialidad. Según la RAE, la imagen es la “representación de algo”. Permite que cómo te ves realmente represente cómo te sientes y, si al inicio se te hace difícil, empieza por la otra dirección: asesórate para verte fuerte, poderosa, segura, confiada y, poco a poco, en el proceso, lograrás que este realmente sea tu sentimiento.
¡Bienvenida a este nuevo espacio, espero te les guste, que juntas aprendamos muchísimo y que te sientas empoderada cuando veas tu reflejo en el espejo!