Cómo trabajar con tu imagen personal y en aceptar lo que ves frente al espejo te puede ayudar a sentirte mejor en tu vida diaria
Por Mariangel Vindas
¿Te aceptas como eres, te sientes bien contigo misma, el espejo es tu aliado?
Me parece muy importante que comprendamos que podemos aceptarnos, sin que esto quiera decir que debamos ignorar nuestras debilidades. Sin embargo, muchas de nosotras nos convertimos expertas en ignorar, pero no las debilidades, sino todo lo lindo que sí tenemos, tanto física como emocionalmente, y nos empeñamos en identificar y señalarnos lo que no nos gusta, de nuestro cuerpo y de nuestra forma de ser.
Lo que te quiero proponer es que cambies la orientación: sigue dedicando muchas energías a ver tu cuerpo si quieres, a analizarte, pero enfócate en ver lo bonito que tienes: si te gustan tus manos, entonces dedícales todo ese tiempo que antes dedicabas a verte unas pantorrillas que no te gustaban; o si reconoces que dentro de los varios defectos que te encuentras hay unas lindas piernas que que no has valorado, préstales tu atención y deja de pasar minutos (u horas) frente al espejo criticándote por un abdomen que no termina de convencerte.
Está bien dedicarse tiempo, pero úsalo para sacar provecho de tus atributos; y no para pasar largos ratos observándote o pensando en todo lo que quisieras cambiar. Esto algunas veces no es posible (por la morfología); ademas, es innecesario y le roba tiempo a todo lo que podrías estar haciendo para trabajar por tu imagen personal, y por tu aceptación y autoestima.
Reconoce tus debilidades, eso está bien; pero luego, usa este conocimiento a tu favor. ¿Cómo? Una vez que identificas lo que no te gusta tanto, y cuando tienes claro lo que te encanta de ti, las prendas y los accesorios vienen a ser tus aliados para destacar lo que quieres y ayudarte a disimular aquello que deseas que pase un poquito más desapercibido. Solo debes aprender cómo funciona y manos a la obra.
¡Disfruta frente al espejo haciendo combinaciones de colores, probando con diferentes “outfits”, cambiando accesorios, enamorándote de tu imagen y, lo más importante, aceptándote completa, con tus defectos (que estos facilito los reconocemos) y fortalezas (reconócetelas y celébrelas)!
¿Por qué el usar un color adecuado en tu blusa o aprender cuáles estilos de zapatos te quedan mejor puede ayudarte y deja de ser una cuestión meramente superficial?
Imagina que vas a una reunión de trabajo: entras al salón con confianza, pierdes el miedo a que te observen porque te sientes bien y sabes que te ves bien, puedes estar tranquila si necesitas expresas tu opinión y las miradas se vuelven hacia ti, si quieres negociar no pierdes oportunidades que antes dejabas pasar porque preferías pasar desapercibida, te sientes cómoda contigo misma. Esto se siente, se comunica, se proyecta... ¡Y hace diferencia!
Imagina este escenario en otras situaciones laborales (entrevistas, presentaciones), sociales, familiares... ¡Qué gusto sentirte cómoda, qué alivio perder el temor a ser vista y escuchada!
Así que te repito, como lo había escrito hace algunas semanas también, la imagen personal no es su asunto de apariencias, de “cascarones”, de superficialidades. Es mucho, muchísimo más que eso. Es un asunto que se trata de ti, del amor hacia ti misma, de tu percepción para sentirte capaz de alcanzar lo que deseas, del antes y el después que hay cuando la ropa y los accesorios son tus aliados y no tus enemigos, del gusto de andar por la vida orgullosa de lo que eres.
Regálate esto, permítete aceptarte, reconoce tus maravillosas cualidades y compártelas con el mundo ;)