Es importante hacer que la ropa trabaje para ti, que juegue tu juego y que te lleve a lograr tus objetivos. Puede sonar superficial, pero en el mundo en el que vivimos es muy importante la forma como te vistes y la imagen que proyectas para lograr tus metas profesionales y/o personales.
Aquí les comparto un método para lograr diseñar tu imagen de forma que te ayude a cumplir tus objetivos en 3 pasos:
Paso 1.
Identifica el terreno y traza tu objetivo sobre él
Debemos comenzar por identificar el terreno y en ese contexto trazarnos un objetivo. Es diferente querer lograr una mejor imagen laboral, que tener éxito en la cita del viernes por la noche. Esto determinará que tipo de imagen proyectar y que ropa lucir.
Trazar este objetivo en cada uno de los ámbitos en los que queremos resaltar es el paso más importante porque te permite enfocarte en lograr eso que te propusiste como meta.
Paso 2.
Conoce las reglas
Debes conocer muy bien las reglas y código de vestir del terreno en el que quieres lograr un objetivo.
Por ejemplo, si tu objetivo es laboral estudia determinadamente cómo se visten y se comportan las personas que admiras dentro de la oficina, o cómo luce la persona que ocupa el puesto que te gustaría algún día alcanzar.
Cada quien tiene su estilo, pero es muy importante adaptarse a las reglas sociales y a los códigos de vestimenta de cada ambiente si queremos alcanzar un objetivo determinado.
Paso 3.
Imprime tu estilo
Es verdad que debemos cumplir algunas reglas sociales para no ser estigmatizados por los demás, pero también es una realidad que nunca triunfaremos si no le imprimimos nuestro sello personal a lo que hacemos y a lo que vestimos, porque sino sólo seremos la imitación de alguien y eso tampoco es correcto.
Primero conoce las reglas, luego juega con ellas con el margen que todos los terrenos nos dan. Busca accesorios, piezas o incluso gestos que digan quien eres y que quieres. Eso te hará ser tu misma sin ser señalada por la sociedad.
Al contrario de lo que pensamos en muchos terrenos aprecian la gente original, creativa y proactiva, siempre y cuando este dentro de lo “aceptado” en el entorno donde te desenvuelves.