No les ha pasado que entran en una tienda de ropa, dan una vuelta por su departamento (el de damas) y no les gustan las franelas que ven. Se dan un paseo por la sección de caballeros y les encantan los diseños que acompañan esas camisas. ¿No? A mí me pasa casi siempre.
Está bien, debo aclarar que mi closet tiene blusas femeninas y delicadas, pero para mi vestimenta casual tengo un buen número de franelas estilo “Graphic Tees” que son de varones. Algunas se las he quitado a mi hermano, a mis ex novios y varias a mis amigos. ¿Qué hago con ellas? ¡las corto!
No soy modista ni costurera (aunque mi abuela lo es y debería saber un poco), pero esto de modificar a mi gusto las franelas se me da bastante bien. Lo hago desde hace años y ahora con la cantidad de videos tutoriales que hay en Youtube, son más los estilos que se pueden replicar.
Además de divertirme con estas manualidad “Do It Yourself”, he aprendido a identificar qué estilo de corte me favorece mejor, o qué partes me gusta lucir más que otras. Por ejemplo, soy delgada pero no me gusta llevar ropa muy ajustada: así que no quito mucha tela de los lados. Como no tengo casi busto: me gusta lucir un escote un poco más pronunciado.
Si de algo estoy segura es que para ser femenina no necesitas vestir colores pasteles ni vivir montada en unos tacones. Yo siento que puedo salir a la calle con una franela de varón: de color negro y el nombre de una banda de rock, y sentirme totalmente femenina, ¿cómo?, pues porque mi feminidad se ajusta a mis gustos y estilo de vida. Mientras más cómoda te sientas en tu piel, de igual forma lo estarás con tu ropa.
Eso sí, siempre hay que buscar un equilibrio. Si me voy a dar un gusto con mi franela, procuro complementarlo con un look que me haga lucir femenina. Por ejemplo: un lindo collar, me arreglo el cabello, me esmero un poquito más en el maquillaje.
Si no lo habías tomado en cuenta, te invito a intentarlo.
Foto de portada por: Andrea Mijares / Upside Down Studio