Por Luz Márquez
Mucho es lo que se dice sobre el maquillaje, que es un máscara, que oculta tus defectos y otras tantas ideas que nos bombardean a diario sobre lo superficial que significa su uso excesivo.
Lejos del enfoque banal que se le pueda dar, mi opinión difiere por mucho de todas estás premisas, porque para mí el maquillaje es un aliado para realzar quien soy y mostrar mi verdadera cara al mundo: una profesional que es linda por fuera y por dentro. Porque sí chicas, lamentablemente de lejos no se ve lo buena gente, culta, inteligente o cualquier otra característica interna que nos definen; y es aquí donde el maquillaje nos ayuda a dar el mensaje correcto para que en conjunto con nuestro atuendo hagamos el match perfecto sobre la imagen que queremos proyectar.
Desde niña al igual que a muchas chicas, me ha gustado el maquillaje, al igual que un pintor al admirar su obra, es muy grato saber que las que solicitan mis servicios y clases se sienten bien al proyectar una mejor imagen, ser por fuera lo que quieren ser y a la vez sentirse cómodas con ellas mismas, porque para mí el maquillaje no oculta cosas, no disimula, el maquillaje resalta tanto las características faciales favorables como la personalidad, o acaso quien no se siente más audaz cada vez que lleva puesto un labial rojo. Y de esto precisamente quiero hablarles, de mi relación con el maquillaje que también puede ser su relación, una relación que es la de cada chica con interés por conocerse más y de ser mejor cada día.
Gracias a mi gusto por el maquillaje descubrí que podía ayudar a través de él a diferentes tipos de personas, mis clientas van desde fanáticas del color y las tendencias hasta la que con cara de miedo o con un poco de pena me dicen, “es que a mí el maquillaje no me gusta, yo no siento que me quede bien, no sé o en mi trabajo me dicen que debo estar presentable…” y otras tantas cosas más. Luego al ir aprendiendo saben que no es tan duro como lo imaginaban, que es más bien simple; el secreto al igual que todo en la vida es sentirte bien con lo que haces. Allí es donde la adicta al maquillaje y la chica que da sus primeros pasos en el mundo de la belleza convergen, en la necesidad de sentirse bien.
Recuerdo en caso de una gran amiga que luego de años de conocernos me dijo que quería que la enseñara a maquillarse, durante las clases supe algo que en años de amistad ni siquiera me había enterado: No le gustaban sus ojos, mi amiga es una linda combinación de padres con características raciales distintas lo cual hace de ella y sus hermanos unas personas con características latinas únicas, sin embargo al tener los parpados un poco encapotados decía que sus ojos color miel no eran lindos, de modo que me enfoque en mostrarle técnicas que ayudaran a realzar la mirada, el resultado fue maravilloso, poco tiempo después ella se mudo de ciudad y me comento que gracias a lo que le enseñe ahora mucha gente le elogiaba su bella mirada, cosa que antes no ocurría. En mi opinión más que la técnica, adquirió la confianza de sentirse bien con quien es a través del uso del maquillaje y eso sin duda ayuda a proyectar una mejor imagen y eso se nota inmediatamente. Esa seguridad la ayudó a conocer a alguien y hoy en día está felizmente casada, cosa que me agradeció y yo no pude más que reírme. Para mí fue muy gracioso.
Cuando te aplicas maquillaje acorde a lo que quieres proyectar, realzas aquello que te gusta y provocas una reacción en cadena, te sientes bien y los demás lo notan, tienes ese algo interesante que atrapa las miradas. Sin duda alguna puedo decir que me encanta mi oficio porque puedo ayudar a las personas a conocerse más y a descubrir cómo sacar el mejor partido de sus características faciales, sin dejar de ser ellas mismas o sentirse disfrazadas.
Hoy es mi primera columna, y de ahora en adelante podremos compartir nuestra experiencia con el maquillaje y como él nos ayuda a sacar lo mejor de nosotras mismas, sin olvidar que eres realmente bella cuando también lo eres por dentro.
Luz Márquez. Makeup Artist de Project Glam